De bicho a persona y tiro porque me toca.

Posted by Ursavil | Posted in | Posted on 10:38

Una mañana hice de Gregor Samsa a la inversa. Me desperté más humano de lo que era el día anterior. Acojonado, me dije:

Todos y todo cambia constantemente. Sin ser conscientes de ello, nos volvemos distintos a lo que éramos cada vez que decidimos en alguna de las miles de encrucijadas que se nos presentan cada día. Mutamos por el simple hecho de existir, redefiniendo minúsculas partes de nuestra personalidad.

Pero más allá de esas diminutas variaciones se puede optar por cambiar intencionadamente.

Decidir alterar tu estructura mental supone sacrificar tu yo para poder avanzar; destruir parte de aquello que tienes, ansías o amas; separarte de lo que te condiciona y marca las fronteras de tu identidad. Así, una vez quemadas tus naves tu yo estará libre para de anclas emocionales que le impidan mutar. Aunque cuidado, perder tus faros vitales puede ahogarte en la locura en vez de empujarte a las metas anheladas.


Por último, para cambiar debe haber un razón que te sustente, que te empuje a alterar conscientemente el mecanismo mental que es tu ser. Motivaciones puede haber muchas, siendo mi preferida la curiosidad, motor vital que nos impide morir en la inamovilidad de un yo inmutable.

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